¡Hombre de Shuruppak, hijo de Ubar-Tutu, destruye tu casa, construye un barco, renuncia a las riquezas, busca solamente la vida, desprecia los tesoros, guarda vivo el soplo de la vida! ¡Embarca en el barco todas las especies vivas! (Epopeya de Gilgamesh, mandato del dios Ea al primer Noé)
jueves, 17 de septiembre de 2015
7º HUERTO
“…ser uno con todo lo viviente, volver en un feliz olvido de sí mismo, al todo de la naturaleza. A menudo alcanzo esa cumbre... pero un momento de reflexión basta para despeñarme de ella.
(…) Ojala no hubiera ido nunca a vuestras escuelas, pues en ellas es donde me volví tan razonable, donde aprendí a diferenciarme de manera fundamental de lo que me rodea; ahora estoy aislado entre la hermosura del mundo, he sido así expulsado del jardín de la
naturaleza, donde crecía y florecía, y me agosto al sol del mediodía. ¡Oh, sí! El hombre es un dios cuando sueña y un mendigo cuando reflexiona.” (Hölderlin, 1770 - 1843)
El 7º huerto es el jardín de la unidad en el que el hortelano empieza a sentirse parte en vez de dueño y se encuentra inmerso en las lunas y los ciclos, en los procesos de una naturaleza que nada sabe de adjetivos y simplemente es.
Es a partir de aquí donde empieza el juego apasionante de la vida, en el punto donde dejamos de distinguir y aprendemos a entender las infinitas relaciones y entendimientos entre todos los seres que formamos parte.
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